El consumo per cápita de carne vacuna retrocedió 9,3 por ciento en enero-febrero respecto del bimestre anterior, según el informe difundido este lunes por el mercado ganadero Rosgan, de la Bolsa de Comercio de Rosario. “Las estadísticas de producción y exportación sugieren un consumo aparente de 44 kilos per cápita contra 48,5 kilos resultantes durante el bimestre anterior”, se remarca en el documento. De este modo, se revierte de manera acelerada la recuperación que se había registrado durante 2023 cuando el consumo trepó de 49 a 52,4 kilos, un aumento de 7 por ciento.
“La estabilidad que se viene observando en los precios reales de la carne vacuna en un contexto de menor oferta aparente destinada al mercado doméstico, da cuenta de la resistencia del consumo a convalidar nuevos aumentos de precios aun debiendo limitar la ingesta de este tipo de carnes, algo que hasta entonces no se observaba de manera contundente en el consumidor argentino”, destaca el informe.
La estabilidad de precios en términos reales es una vez descontada la inflación. En términos nominales, los precios de la carne vacuna en febrero subieron 4,2 por ciento. De acuerdo al relevamiento de precios minoristas que realiza mensualmente el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) los precios de los distintos cortes de carne vacuna han registrado una variación del 4,2 por ciento en febrero con respecto al mes anterior, anotando una variación interanual del 286,1 por ciento. Similar comportamiento mostró el precio del pollo fresco que en el último mes registró una suba del 5,4 por ciento que en el interanual resulta en un incremento del 335,4 por ciento. Por su parte, el precio del pechito de cerdo tuvo una caída en febrero del 2,2 por ciento con relación al mes anterior ajustando la suba contra febrero de 2023 al 273,1 por ciento interanual.
El reporte indicó que a pesar de la suba estacional que suele marcar el precio de la carne de marzo a junio, y frente a un escenario en el que se proyecta una oferta total sensiblemente menor a la registrada el año pasado en un contexto de sequía, es esperable observar precios relativamente estables. «Ahora el consumidor dispone de otras carnes más económicas, como la carne de pollo o la de cerdo», añadió.
Con respecto a la decisión de la Secretaría de Comercio de reducir los impuestos a la importación de alimentos y productos de la canasta básica con el objetivo de bajar los precios, Rosgan estimó que, si bien en el caso de la carne vacuna no se espera un efecto directo por ingreso de producto, sí se espera sentir el impacto de una mayor oferta de otras carnes, especialmente de cerdo.
Los datos sobre caída de consumo están en línea con los informados por la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA). La entidad había informado que en el primer bimestre la industria frigorífica vacuna produjo un total de 504 mil toneladas de res con hueso de las cuales al mes de febrero la exportación habría llevado 155,2 mil toneladas equivalentes, dejando para el mercado interno un volumen aparente de 349,1 mil toneladas. Comparado contra igual bimestre del año anterior, la cifra representa una contracción de 8,2 por ciento interanual, retornando a niveles de consumo del año 2022.
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