En sintonía con lo que pasa en todo el país en casi todos los rubros, tras la estampida de precios generalizada provocada por la devaluación de finales del año pasado, el consumo de carne vacuna registró una importante caída fronteras adentro del Chaco, en tiempos que, a la par, vuelven a aparecer elementos que tensionan sobre los precios del mercado interno.
Fuentes del sector consultadas por NORTE coincidieron que la retracción de las ventas se ubicó, sólo en el mes de enero, en una cifra muy cercana al 30%, pero plantearon divergencias de cara al futuro inmediato por el «escaso margen» que ofrecen los vapuleados bolsillos de los consumidores para afrontar nuevos «ajustes» en los valores de los productos.
Se trata, ni más ni menos, que de uno de los productos de mayor raigambre en la canasta básica de buena parte de los argentinos; y si bien en los últimos años se han actualizado las estrategias para sostener pisos mínimos en el consumo, la demanda continúa en caída libre.
ESCENARIO
Un informe publicado en la prensa nacional dio cuenta que consumo interno de carne vacuna «se desploma» frente al aumento de los precios en la hacienda y el mostrador, a la par que las exportaciones crecen favorecidas por el levantamiento de las restricciones y contribuyen al encarecimiento de los valores en el mercado local.
Víctor Tonelli, consultor privado de ganados y carne vacuna, precisó el índice del novillo en el Mercado Agrogranadero de Cañuelas (MAG), se ajustó en un 70%, si se toma en cuenta el valor de noviembre, cuando todavía estaba el ciclo de liquidación funcionando.
De acuerdo a su mirada, la recuperación de los precios de la carne vacuna se debe a que «estaban un poco atrasados», pero también a «una participación cada día más importante de las exportaciones dentro de la oferta total disponible».
A la par, destacó que se ve «una caída fenomenal del poder adquisitivo y del volumen de consumo que promedió en torno de los 40 a 42 kilos por habitante por año», por efecto de la inflación.
Por su parte, el presidente de la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores (Camya), Sergio Pedace, aseguró que «los precios se van a ir afirmando y de a poco van a ir subiendo y acompañando la inflación» y explicó que la suba «ya no depende del consumo interno, porque la gente se ha volcado más al cerdo, que está muy barato, y al pollo, que ya llegó a su techo».
EN EL CHACO
El vicepresidente de la Cámara de Frigoríficos del Chaco, Julio Augusto, calculó que la caída en el consumo fronteras adentro de la provincia se ubicó en un 30%. «Al igual que en muchos otros rubros, y basta mirar lo que pasa con productos de consumo masivo o la demanda en la gastronomía, por ejemplo; esto se produjo directamente por la pérdida del poder adquisitivo de la gente», analizó el referente del sector.
En esa línea, destacó que «se hicieron grandes esfuerzos que realizamos en la provincia para evitar que el fenómeno sea aún más profundo, de la mano de la apuesta permanente para llevar la carne del Chaco a los más alto». «Nosotros llevamos las estadísticas porque nos dedicamos hace mucho tiempo a esto y puedo asegurar que este fue el peor enero de los últimos 24 años», sentenció el referente.
Sin embargo, entendió que es necesario «esperar un tiempo prudencial» habida cuenta de la transición que implica el cambio de gestión y las medidas que puedan llegar en cuanto a la definición del rumbo económico y sus implicancias particulares en el sector.
Por su parte, Luis Sotelo, presidente de la Cooperativa Unidos que regentea el Frigorífico Resistencia y cuenta con dos bocas de expendio, recordó que, tras el repunte de fines del 2023, los precios «se acomodaron» más al contexto y registraron un leve retroceso.
Más allá de estos vaivenes, apuntó que, en enero, el consumo «bajó entre el 20 al 25%» y estimó que la tendencia se mantendría también este mes. «Las ventas no repuntaron mucho ni siquiera durante los primeros días del mes, que es la época en que la gente cobra y cuenta con algunos recursos, así que creo que también va a bajar venta», trazó.
DIARIO NORTE.-
