Según publicó ayer el diario La Nación, hay medidas previstas para generación, transporte y distribución, como la aceleración de trabajos pendientes, contar con alternativas de generación y algunas señales tarifarias que quiten incentivos al consumo.
Fuentes del sector indicaron que puede haber cortes programados, tanto para usuarios industriales como residenciales. También enfatizaron la falta de recursos para producir más potencia en la centrales térmicas. En esas condiciones, los cortes serían 21% más que en el verano pasado, si se destraba la disponibilidad de combustible para las generadoras, esa proyección pasa al 5%.
Aunque el sector energético es una de las «estrellas» de la economía argentina, el eje no está en el sistema eléctrico, sino en el de petróleo y gas por el impacto de Vaca Muerta.
El atraso de las tarifas acumulado durante el gobierno de Alberto Fernández -cuando aún no se había terminado de recuperar en la gestión macrista- tuvo su consecuencia en la desinversión en redes y generación señaló el secretario coordinador de Energía y Minería del Ministerio de Economía, Daniel González.
No sería la primera vez que la Argentina podría sufrir apagones, pero el efecto en el humor social después del cambio en el precio se magnificaría. En el caso puntual de las tarifas, lo que se analiza es un incremento para los consumos más altos, para disuadir el uso.