Uno de los propietarios está internado en una clínica privada del centro de la capital correntina, por lo que la casa se encontraba sin moradores cuando el delincuente ingresó. Por horas su cuerpo estuvo «pegado» al enrejado hasta que sus vecinos lo hallaron. Ahora un fiscal investiga y analizan si harán algún tipo de imputación criminal a los dueños de la finca, por este hecho.
El hecho ocurrió en una vivienda ubicada por calle Departamento Mercedes al 300, casi Esteban Bajac, en el barrio Sol de Mayo, propiedad de la familia Cabrera. Allí, un joven ingresó por la parte trasera de la finca con fines de robo. Los dueños no estaban, la mujer, de 87 años, está internada en una clínica privada y su esposo a su cuidado, por lo que se vieron obligados a dejar la casa sin moradores, pero con un mecanismo de seguridad que terminó siendo letal para el delincuente.
Rodrigo tenía 24 años y fue en un momento una gran promesa futbolística en el Club Atlético Mandiyú, hasta que la droga entró a su vida y la destruyó junto con su futuro, según comentaron quienes lo conocieron a diario época. «Robaba para pagar sus vicios», indicaron.
Se había colocado una remera que le tapaba su cabeza y parte de su cara, como para evitar que lo reconocieran, pero no se percató de un detalle en la puerta metálica trasera que se llevó su vida.
Un solo contacto con el enrejado del portón posterior de la vivienda fue suficiente para que el ladrón reciba una fuerte descarga eléctrica que lo electrocutó. Los dueños habían conectado un cable desde el suministro eléctrico de la casa, a la puerta metálica y al hacer contacto el joven «quedó pegado». Sin nadie que lo ayudara en ese momento, el muchacho murió por electrocución en segundos.
Diario22.ar con información de Época