«Está todo podrido, hay que actuar ya», dijo a sus colaboradores uno de los gobernadores patagónicos durante la frenética tarde de este viernes, después que el gobernador chubutense Ignacio Torres consiguiera el apoyo de sus pares para cortar el envío de gas y petróleo si Javier Milei no gira la coparticipación. Sin que su gabinete se asombrara, el mandatario consideró que la relación de las provincias con el Presidente «no tiene retorno».
En ese sentido, uno de sus ministros le dijo a LPO que los gobernadores analizan la posibilidad de liquidar regalías directamente con las empresas radicadas en sus jurisdicciones sin dar lugar a la intervención de la Nación. Sería una forma de eludir la famosa motosierra de Milei.
Esa versión fue confirmada por otro de los gobernadores, aunque alegó que ese sería «el último paso» de la rebelión de los gobernadores.
El primero de esos puntos sería una demanda al Estado nacional, que se materializaría con denuncia penal contra el ministro de Economía, Luis «Toto» Caputo. El cálculo de ese caudillo provincial es que el Poder Judicial fallaría a favor de los intereses patagónicos porque no hay antecedentes de una medida como la resuelta por Milei.
En otra de las jurisdicciones suerñas cuyo jefe rubricó la carta de Torres, se comentaba este viernes que «así como Milei unilateralmente pisó la coparticipación de Chubut, los gobernadores no van a dudar en cortarle recursos a la Nación».
Antes del caputazo que devaluó el tipo de cambio a 800 pesos, Chubut acreditaba regalías a un promedio de 9 mil millones de pesos mensuales, con picos de 13 mil y 11 mil entre septiembre, octubre y noviembre pasados. Aunque el salto cambiario le permitió duplicar el ingreso por regalías, también duplicó la deuda provincial. Solo los municipios se vieron favorecidos porque no pesan sobre ellos los pasivos que se firmen desde la casa de gobierno de Rawson.
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