Boca volvió a la Bombonera, atacó, pero no lastimó y se aleja de la punta

Redacción
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Platense, Sarmiento, Defensa. Tres triunfos morales, como diría la recordada Sólo Fútbol, que saben a demasiado poco ante tanto gasto, ante tanto gol perdido. Los duendes del fútbol y sus crueldades: este Boca generoso y lanzado parece estar pagando facturas de otros que ganaban amarreteando. De todas formas, si le cuesta es porque le falta, si no entra no sólo es por las brujas que las hay, las hay. Todavía hay más apuro que velocidad y más valentía que eficacia…
Después está el rival: Defensa es un equipo incómodo, con algunas características de un estilo clásico de juego, pero con un puñado de disfuncionalidades que lo enriquecen, lo complejizan, lo hacen difícil de leer. Por ejemplo, juega con un centrodelantero (Uvita Fernández), que no es un nueve clásico; no les da referencia a los centrales, y suele salir del área para que los mediocampistas ataquen el espacio. Eso desacomoda, incomoda, porque al mismo tiempo usa la pelota como un factor de distracción, porque sabe utilizarla para defender, para bajarle el ritmo al partido, pero que de repente con dos pases llega al área.
Claro, Defensa también es generoso con el rival, porque la prioridad, inclusive para el doble pivote Tripicchio-López, es jugar antes que presionar; ofrecerse antes que fajarse. Entonces, Boca tenía espacios para aprovechar, e individualidades para hacerlo. El tema es que no se decidía a presionar. Eligió esperar, y por consiguiente recuperaba la pelota lejos de Fiemarín, el muy buen arquero del Halcón. Así, el visitante agradeció la gentileza y se guardó la pelota abajo de la suela. Así y todo, era en esencia un partido de tres cuartos a tres cuartos, con más insinuaciones que llegadas a fondo.
Distinto fue cuando Boca se decidió a arriesgar y puso a sus laterales en campo rival y a los centrales más cerca de la mitad de la cancha. Ahí fue otra cosa. Sin llegar a fondo, fue compactando las líneas de su rival hasta casi hacerlas una sola.
Pero Boca no tuvo convicción, o Defensa no lo dejó. Porque el Halcón es un rival difícil de arriar: usa remeras sin solapa y a veces no hay de dónde zamarrearlo. Se escapa, es pillo, tiene más oficio que nombres…
Boca apostaba a alguna jugada individual, como el tiro lejano de Zenón que Merentiel desvió con astucia y la pelota se fue apenas afuera. Ahí hubo una diferencia: Boca fue más desprolijo, menos elegante, pero merodeó más el área contraria, al menos tuvo más hambre de gol que un Defensa que fue demasiado correcto, formal, pero poco agresivo. Sin ir más lejos, Advíncula le rompió las manos al arquero uruguayo de Defensa con un puntazo misilístico y al Pipa le faltó pierna para picar la pelota por arriba cuando recibió un pase largo de Zenón y la mató con calidad premium.
En cambio, la jugada más clara del Halcón en el PT fue el penal que cobró Baliño (no hubo toque de Blondel a Soto) que el VAR se encargó de corregir.

Boca, tras el descanso, tomó riesgos casi ciego, en un intercambio de locos. De entrada, tuvo una llegada de Merentiel y una contra de gol mal terminada por Togni. Y enseguida un pase que interceptó Zenón y que Pipa pateó cruzado y sin ángulo (no estaba Merentiel) y un gol (bien) anulado a Uvita. El partido estaba a pedir de cualquiera, aunque las ganas del local tenían más peso. Blondel al travesaño, un centro picantísimo de Zenón que el arquero le sacó del buche a Merentiel y una llegada de Benítez vacío al área que no pudo impactar bien, spoiler de un Boca que, ahora sí, se imponía por peso propio ante un Defensa que, poco a poco, dejaba de preocupar. Con Saralegui y con Langoni, Martínez encontró otra velocidad, aunque Blondel salvó con el taco una volea de Togni. Que Boca atacará más, arriesgara a fondo y llegará por todos lados, no significa que estaba en control. Simplemente lo deseó más.
El lamento de situaciones perdidas siguió hasta lo último: Figal la perdió abajo del arco y no hubo mucho más, con el “movete Boca movete” de fondo, señal que Boca no juega mal, pero sumando de a uno no va a llegar muy lejos…

OLE.-

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